Ayer como el tiempo nos dio un respiro salí a mi jardín y me puse a trasplantar algunos de mis bonsáis.
Hubo un momento que hasta me pareció tener a Zapirón merodeando por allí, (cómo lo echo de menos), hasta me pareció escuchar el sonido tan especial que solía hacer. Me hacía mucha compañía, para mí era como un perrito faldero, siempre lo tenía a mi lado.
Que precioso como se les quiere,que vacío dejan cuando se van.
ResponderEliminarPues si, justo ayer cuando pusiste el vídeo del tuyo me acordé del otro Ahora estoy escribiendo y tengo a Micifúz chupandomen la mano. Le encnata estar al lado del ordenador
Eliminar