Las vacas te dan la bienvenida, y por toda esa zona es muy normal encontrártelas por doquier
Por el pueblo también me encontré algunos perritos callejeando, y una anécdota muy curiosa que me sorprendió.
Siempre que vamos a
San Román solemos almorzar en un bar que se encuentra en la misma carretera. Ese día me llamó la atención estos perros que nada más llegar a la puerta de esta casa que estaba enfrente del bar, comenzaron a ladrar.
Inmediatamente este otro se asomó por el balcón respondiendo a los ladridos de los otros perros. Se metía dentro de la casa, volvía a salir, y así sucesivamente. De repente me dí cuenta que la puerta de la calle se abría y salía el perrito negro, se puso a jugar con los otros y todos juntos se marcharon a pasear.
Entonces reaccioné y me dí cuenta de qué lo que había sucedido era, que habían ido a buscarle, y que el dueño al escuchar sus ladridos le había abierto la puerta para que se fuese a pasear con sus amigos perruños.
Y como podréis apreciar, por allí todos disfrutan
Este perro era Solchaga, según sus dueños, un perro que hace estragos, y que a más de una que se ha despistado le ha sacado algo de la bolsa de la compra. Por lo menos eso es lo que yo entendí.